La artista mexicana Ziburta está redefiniendo el pop en español con su estilo musical multifacetico que mezcla música orquestal, rock psicodelico y jazz. Con una voz grave y poderosa, sus composiciones se distinguen por una producción compleja —con hasta 200 canales— y una narrativa cargada de dramatismo, sátira y exploración emocional.
Inspirada por la literatura, la ciencia ficción, el cine y la religión, Ziburta conecta su forma de composición auténtica, teatral y profundamente humana, que habla sobre la condición humana y temas crudos de manera irreverente. Sobre el escenario, adopta un personaje irreverente y bohemio, amante de lo excéntrico, complementado por una propuesta visual de alto impacto y videoclips de estética cinematográfica.
Firmada por Warner Chappell, Ziburta debutó con el EP El Fin (2021), producido por Rodrigo Baills (Caifanes), una mezcla envolvente de cabaret, jazz, folk y rock alternativo, acompañado de videoclips como Dr. Cruz y El Fin. Posteriormente, lanzó un EP que mezcla ritmos mexicanos con electrónica, titulado Quiero. En 2025 trabaja en San Juan Chamula, su segundo EP, una obra ambiciosa y autogestionada en su totalidad. El proyecto combina géneros como rock psicodélico, música orquestal y rap, consolidando a Ziburta como una de las voces más audaces e innovadoras del panorama musical mexicano.
Nos da un adelanto de su esperado EP con “San Juan Chamula” es una canción de pop orquestal con influencias del western cinematográfico de Ennio Morricone y de la música clásica latinoamericana, como la de Villa-Lobos y Revueltas. También incluye fragmentos de rap, samplers y una producción monumental de más de 200 canales, desarrollada a lo largo de tres años.
Compuesta, producida e interpretada íntegramente por Ziburta, la canción fue mezclada en formato Dolby Atmos por Luis García Cervantes, y masterizada por Luis Gutiérrez en Estudios Noviembre. El resultado es una experiencia sonora envolvente, tridimensional y cinematográfica.
La canción principal del EP San Juan Chamula está inspirada en el pueblo homónimo de Chiapas, una comunidad indígena autónoma enclavada en la selva, donde conviven ritos ancestrales mayas con elementos del catolicismo en un sincretismo único. Este lugar, famoso por su espiritualidad, sus colores, su música y su forma de autogobierno, ha sido durante décadas un símbolo de resistencia cultural. La intensidad y singularidad de su vida cotidiana dejaron una marca indeleble en Ziburta, quien transformó esa vivencia en una obra musical cargada de simbolismo, texturas orquestales y un enfoque narrativo lleno de ironía y asombro.
“Compuse esta canción por primera vez a los 18 años, sentada en la calle con mi hermana Mijal y un borrachito del pueblo”, recuerda la artista. “Desde que llegué a San Juan Chamula, me pareció el lugar más fantástico y mágico que había conocido. Sentí que tenía la misión de compartirlo con el mundo.”
El videoclip, producido y dirigido por la propia Ziburta con el apoyo de inteligencia artificial, se convierte en una extensión visual de su memoria sensorial y emocional del lugar. Imposibilitada de grabar en el sitio debido a las restricciones locales —donde filmar sin autorización puede implicar sanciones comunitarias severas, como el arresto municipal—, la artista decidió recrear el entorno desde sus recuerdos, utilizando tecnología para proyectar lo que no pudo capturar con una cámara.
“Años después, regresé a San Juan Chamula con la intención de grabar el videoclip, aunque no pude filmar porque te meten a su cárcel municipal si lo haces”, explica. “Entonces, con el apoyo de la inteligencia artificial, logré capturar el video desde mis memorias. El resultado es una pieza impactante que combina la cotidianidad del pueblo con mi interpretación artística, dando lugar a una estética única y poderosa.”
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