Reseña “Ruido”: ¿Qué pasa cuando nadie quiere escuchar el ruido?

“… y también porque estaba buena” Un diálogo de Ruido que exhibe de forma descarnada que las mujeres no se desaparecen igual que los hombres en este país.

Julieta Velázquez encarnada por Julieta Egurrola, busca desesperadamente el paradero de su joven hija después de que esta desapareciera nueves meses atrás en la República Mexicana. Así de simple es la premisa de Ruido de la galardonada directora Natalia Beristáin (Historia de un crimen: COLOSIO, 2019 y Los Adioses, 2017).

Seguramente sin leer la sinopsis el espectador y la espectadora son conscientes de cual temática retrata realmente Ruido en pantalla: el crudo, desafortunado y forzosamente obligado adjetivo –que no lo es pues es una palabra- de la desaparición de personas en el país.

Cualquier película que posea la propuesta estética de Ruido sería causa de aclamación, sin embargo esta misma propuesta sobrepasa la demanda real del proyecto, bloquea la mente de quien es espectador y hace compleja la distinción de que lo que se ve en pantalla no es puramente la ficción de una película.

Ruido. Julieta Egurrola in Ruido. Cr. Courtesy of Netflix ©2022

En esta primera mitad –inherente de la actuación- la protagonista imita los actos de una madre desolada en la agonía de ‘el no saber que paso’ ante la indiferencia y enajenación de las organizaciones policiacas. Es una imitación no hay sinceridad, tampoco la hay en el dialogo pues así como en la fotografía se presenta una película estéticamente apreciable que sobrepone el trabajo de su cinematografía por encima del reclamo que hace. No se hace sentir con palabras, frases o diálogos dramatizados las emociones de quienes buscan desesperadamente como última opción resignación y duelo a una persona.

Ya por la segunda mitad Ruido se transforma en una declaración más sincera con la presencia del Colectivo voz y dignidad por los nuestros S.L.P y hace más transparente la barrera de la pantalla de la sala –o del Smartphone- de que lo que se presencia es una realidad activa de forma diaria en México. Ese es el eco que con más intensidad se oye en Ruido y es donde tanto como la protagonista como quien se compadece en la primera mitad de ella siente la necesidad de aliarse a su búsqueda y empatizar.

Este cine de exposición de la realidad muestra un fragmento aun latente de las consecuencias de la guerra emprendida por el gobierno federal en 2010. De esta manera Ruido -más cerca de la cinematografía y más lejos de la demanda- se incluye a títulos como Sin señas particulares (2020), Las tres muertes de Marisela Escobedo (2020), La libertad del diablo (2017) o la Civil (2021).

Ruido. Teresa Ruiz as Abril in Ruido. Cr. Courtesy of Netflix ©2022

A pesar de que el ruido de la historia no busca de ninguna forma el desahogo sino la demanda finalmente Natalia Berestáin entrega un Ruido agudo que así como lo hace su intérprete en una secuencia, no resuena con la intensidad con la que debería.

Sin afán de imponerme ante la opinión de mi lectora o lector le pido que lleve más allá el ejercicio de opinar acerca de Ruido, sino que cuestione el ¿qué inspira este tipo de cine? Que tras ese síntoma brutal de la conclusión de la película  no podemos ser capaces de concederle a Netflix avanzar hacia su siguiente producto durante los créditos y asimilemos que lo que vimos no fue una ficción por más sobre producida que se haya visto.

No tengo miedo de un país que no tenga evidencias e información para luchar. Tengo miedo de un país que teniendo medios para luchar decida o se vea obligado a no poder hacerlo.

 

Total
0
Shares
Contenido relacionado: