Desde Bogotá, Nimaca ha construido una trayectoria que trasciende los créditos y las tendencias. Su forma de entender la producción, más cercana a una decisión creativa que a una receta, lo posiciona como una de las figuras que han cambiado la forma de hacer reggaetón en la música contemporánea.
El colombiano, Nimaca, no construyó su lugar en la industria siguiendo fórmulas ni replicando sonidos ajenos. Lo hizo desarrollando una forma propia de pensar la música, una que hoy lo posiciona como uno de los productores colombianos más influyentes de su generación. Su trabajo en proyectos de alcance global y su manera particular de abordar el reggaetón han convertido su nombre en una referencia para entender hacia dónde se mueve la música urbana contemporánea.
Con apenas 25 años, Nicolás Martínez (Nimaca) forma parte de una nueva generación de productores latinos que operan desde la idea antes que desde el género. Integrante del colectivo The Ozakis, junto a Cuzzaid y Frankking, ha sido una pieza clave en la construcción de algunos de los sonidos más relevantes del circuito urbano actual, firmando créditos con artistas como Bad Bunny, Eladio Carrión, Feid, Quevedo, Pitbull, Noriel, De La Ghetto y CNCO.
Su recorrido no responde a un ascenso repentino, sino a una evolución sostenida. Desde muy joven entendió que quería dedicarse a la música, primero como DJ y luego como productor. Su formación combinó estudio formal, práctica constante y un periodo prolongado de autoexploración en estudio, donde pasó horas afinando criterio, técnica y oído. Esa mezcla de estructura y libertad es, según él, lo que le permitió desarrollar una comprensión profunda del proceso creativo y tomar decisiones con intención.
Aunque ya trabajaba profesionalmente desde 2019, fue un episodio inesperado el que marcó un punto de inflexión: un mensaje directo recibido en la madrugada, luego de compartir un fragmento de su trabajo en TikTok. El contacto de Feid no solo validó años de trabajo silencioso, sino que abrió una nueva etapa. En pocas semanas estaba instalado en Medellín, colaborando con equipos creativos de alto nivel, y su nombre empezó a circular con fuerza en estudios clave de la industria.
Ese proceso alcanzó una nueva dimensión cuando Bad Bunny seleccionó “Veldá”, una canción creada por The Ozakis, para su álbum Nadie Sabe Lo Que Va a Pasar Mañana, proyecto reconocido con dos Latin Grammys y considerado uno de los más influyentes del año. La canción no fue un golpe de suerte, sino el resultado de un trabajo largo y meticuloso: una idea inicial desarrollada por Nimaca, reimaginada junto a Cuzzaid y Frankking desde Europa, y ajustada durante más de un año hasta encontrar su forma definitiva. Para él, escuchar por primera vez su música integrada en ese universo fue la confirmación de un camino recorrido con coherencia.
Ese mismo periodo consolidó su presencia en otros proyectos de alto impacto, como su participación en tres canciones del álbum Don KBRN de Eladio Carrión (“El reggaetón del disco”, “Özil” y “Romeo y Julieta”) y la colaboración “Duro” con Quevedo, que amplió su alcance dentro del mercado europeo.
La historia de The Ozakis es, en sí misma, poco convencional. Lo que empezó como una relación creativa a distancia entre dos productores bogotanos terminó convirtiéndose en un colectivo que reúne tres miradas distintas: Nimaca, con una obsesión clara por el color y el detalle; Cuzzaid, con quien construyó una química artística antes incluso de conocerse en persona; y Frankking, productor británico cuya sensibilidad musical se integró de manera natural al lenguaje del reggaetón. Desde su formación en 2023, el trío se ha transformado en un referente para nuevas generaciones que ven en ellos una prueba de que es posible construir identidad sin copiar modelos externos.
Aunque Bogotá es el lugar al que siempre regresa para crear, Medellín ha sido para Nimaca un espacio de aprendizaje y exigencia. Allí entendió la dimensión real de la industria, el nivel de disciplina que requiere y la importancia de sostener una visión a largo plazo. Esa dualidad, la casa y el reto, ha moldeado su forma de trabajar.
Más allá de los créditos, Nimaca tiene claro qué quiere aportar a la música latina: autenticidad. Para él, el valor no está en seguir tendencias, sino en encontrar aquello que nadie más puede replicar. Esa búsqueda lo ha llevado a explorar distintos géneros y formatos, siempre desde una identidad reconocible.
El 2025 se perfila como un año clave. The Ozakis continúan desarrollando nueva música, incluyendo un EP junto a Moncas, artista y compositor de San Andrés, mientras avanzan sesiones con artistas de la escena latina y estadounidense. Además, se proyecta su presencia en la temporada de los Grammy estadounidenses y nuevas colaboraciones de alcance global.
La trayectoria de Nimaca confirma que no se trata de un productor más dentro del circuito urbano. Es parte de una generación que entiende la música como un lenguaje en constante evolución y que trabaja, desde Colombia, para expandir sus límites con criterio, paciencia y visión.