¿Qué es Matalascallando? ¿Un nombre artístico? ¿Un adjetivo? ¿Un verbo? ¿Un desafío? La respuesta es todas las anteriores. Matalascallando es el proyecto musical del peruano radicado en Portugal que acaba de publicar un nuevo trabajo discográfico homónimo, un disco que no se conforma con ser uno solo, sino que se multiplica en ocho canciones que exploran distintas facetas del rock contemporáneo.
Matalascallando es post-punk, indie rock y bedroom-pop. Es también experimentación sonora y lírica. Es el resultado de un proceso creativo casero e íntimo, en medio de una pandemia global que obligó a replantearse muchas cosas. Es el reflejo de un estado de ánimo fluctuante, que pasa de la melancolía a la euforia, de la ironía a la sinceridad.
Matalascallando escribe sobre lo que ve, lo que siente, lo que piensa. Sus letras son situacionales y espontáneas. No pretenden ser trascendentales ni poéticas. Son más bien conversacionales y cotidianas. Son como fragmentos de diarios íntimos o mensajes de texto. Son como confesiones o bromas.
Matalascallando toca con lo que tiene a mano. Usa samples, loops, sintetizadores y guitarras para crear sus propias bases musicales. No le importa si suenan sucias o pulidas. Le importa más si transmiten algo o no. Su música es una combinación de elementos orgánicos e inorgánicos, de armonías y disonancias, de ritmos y silencios.
Matalascallando no está solo. Se acompaña de músicos como que le dan color y variedad a su propuesta. También se inspira en el trabajo del artista gráfico Huayruoz, que hace collages con recortes de revistas y periódicos. Su portada es un collage que representa el concepto del disco: un conjunto de piezas que se complementan y se potencian.
Matalascallando es un disco que se disfruta en diferentes niveles. Se puede escuchar cada canción por separado, o el disco entero en orden o en aleatorio. Se puede bailar, cantar, reír o llorar con él. Se puede pensar, sentir, imaginar o recordar con él. Se puede hacer ruido con él.
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