“el eventual surgimiento de algo”, el álbum debut de Daelenda

“el eventual surgimiento de algo” es el primer largometraje musical de Daelenda; una obra conceptual que consolida la identidad del proyecto, delineada previamente con los sencillos “Contramarea” (2024), “ättestupan” (2025) y “Felipe Azabache” (2025, exclusivo de Bandcamp).

Daelenda nace en julio de 2024 con una misión clara: centrar su discurso y su música en la inclusión, el apoyo y la visibilidad de la salud mental, con un enfoque particular en la comunidad neurodivergente. Dealenda es Bam Bautista (Voz y guitarra), Juan Gutiérrez (Guitarra), Alexis Agiss (Batería) y Hans Gundermann (Bajo). Juntos crean un espacio honesto donde la vulnerabilidad no solo es reconocida, sino celebrada.

Su sonido es una amalgama inusual y arriesgada de géneros que conviven en su universo musical: math rock, post rock, post hardcore, blackgaze, hardcore punk, screamo, emoviolence, shoegaze, ambient, thall y jazz.

Esta mezcla poco explorada ha sido definida por la banda bajo su concepto propio: “cochinero fino”.

Daelenda lanza “roto”, un nuevo sencillo que actúa como el punto culminante —emocional y conceptual— de su álbum debut el “eventual surgimiento de algo”. La canción aborda el tránsito por una crisis profunda, enfocándose no en el fatalismo, sino en la promesa de la reconstrucción y en la posibilidad de encontrar un nuevo significado en medio del colapso.
Musicalmente, “roto” se destaca como la composición más experimental y expansiva del disco, funcionando como un condensador del espíritu completo del álbum al reunir motivos, variaciones y fragmentos de otras canciones. La pieza, que mejor retrata la identidad de la banda, se divide en dos movimientos: primero, una sección abrasiva y visceral que conserva la crudeza característica del proyecto —con un brillo que apunta hacia la resolución—; después, un pasaje contemplativo y sensorial pensado para colocar al oyente en un estado emocional vulnerable. Esta transición conecta de forma directa con la canción final del álbum y completa el viaje conceptual propuesto por la banda.

El sencillo también incorpora influencias rítmicas latinoamericanas y cuenta con la colaboración del saxofonista Adrián Terrazas-González (T.R.A.M., Pelirroja), quien aporta una dimensión jazzística que amplía el universo sonoro del proyecto. El resultado es una pieza luminosa dentro del caos: el momento donde todo se descompone para volver a surgir.

El disco narra el desarrollo completo de una crisis emocional: desde el desbordamiento y la violencia interna hasta la claridad, la vulnerabilidad y el crecimiento que aparecen al atravesarla. La propuesta parte de una premisa fundamental: una crisis no es un punto final, sino un territorio fértil para la transformación, donde el caos puede contener belleza y la destrucción puede abrir paso a algo nuevo.
Para Daelenda, este álbum marca el inicio de una etapa madura y honesta. Es un statement artístico donde el discurso emocional prevalece sobre las etiquetas de género. Cada decisión fue guiada por la autenticidad, incluso cuando implicó riesgos o contradicciones dentro de su propio lenguaje. La obra habla desde la experiencia neurodivergente y desde una vulnerabilidad real, con un enfoque transparente sobre salud mental, identidad y resiliencia.
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