Hablar de Natáliyah Bravo es hablar de eclecticismo, misticismo y una entrega absoluta al arte. Cantante, compositora y productora de raíces mexicanas, esta artista multidisciplinaria fusiona R&B alternativo, pop experimental y electrónica en un universo sonoro que combina potencia vocal con letras profundas sobre consciencia, amor y crudeza emocional.
Originaria de Arandas, Jalisco, e hija de fotógrafos, Natáliyah creció entre imágenes, melodías y una curiosidad insaciable por las distintas formas de expresión artística. Toca el piano desde los 6 años, canta desde los 7 y estudió producción de música electrónica. Además de componer, producir e interpretar su música, también dirige y produce el arte visual de su proyecto, consolidando así una propuesta integral que, en sus propias palabras, busca “ser un puente entre la vivencia, la memoria y lo sublime”.
Su camino artístico la ha llevado a escenarios de México, Nueva York, Londres, Los Ángeles y Vancouver, con presentaciones en espacios como el Auditorio Roberto Cantoral, Bajo Circuito, Jazzatlán y el Rockwood Music Hall. Entre sus logros destacan: ganadora del Festival Nacional de la Canción 2015 (ITESM), egresada de la 7ª generación de compositores del Taller de la SACM (2023) y semifinalista oficial de “México Canta” 2025.
Hoy, Natáliyah Bravo presenta su EP debut, LUNA SOLAR un viaje sonoro que transmuta la ruptura en alquimia emocional y vanguardia artística. Una propuesta que no solo se escucha, sino que se vive.

LUNA SOLAR es un álbum corto y bilingüe de siete piezas de electro-fusión que entrelaza géneros y texturas para explorar la dualidad entre el amor y la ruptura: la entrega total y el inevitable soltar.
A través de metáforas como día-noche, masculino-femenino y luz-sombra, este universo sonoro convierte el quiebre emocional en un portal de transformación personal.
El álbum reúne canciones escritas y producidas en diferentes etapas de la vida de la artista. Tres de ellas —“In War”, “Regina” y “Wytom?”— nacieron hace más de cuatro años, en medio de una ruptura amorosa vivida fuera del país. Fueron sus primeras producciones en Ableton, un proceso experimental y autodidacta, co-producidas a distancia con el músico español Diego Demarco. Aquellos intercambios creativos dieron pie a un EP inicial que narraba cómo el dolor podía convertirse en un maestro.
En ese contexto surgió “KÓSMICA”, canción que para la artista representaba el SOL: amor en su punto más alto, revelación y regreso a sí misma, con un patrón rítmico inspirado en la tradición Wixárika.
Cuando el proyecto parecía listo para ver la luz, la vida dio un giro inesperado: un viaje espontáneo a Berlín, propuesto por su entonces pareja, terminó con una llamada que anunciaba el final de la relación. Al volver, encontró su hogar vacío y en ruinas. La furia y el dolor se transformaron rápidamente en creación: en unas horas, junto a su co-productor Arturo, nació “LUNA SOLAR”, una pieza catártica y expansiva que se convirtió en el corazón del disco.
El proceso se enriqueció con nuevas composiciones:
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“Herejía”, inspirada en La Divina Comedia y creada para una exposición de Jerónimo Graco, confronta la mentira y la traición en un trance bailable y subterráneo.
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“(Ama)NECIÓ”, última en escribirse, conecta la nostalgia con la energía eléctrica de su nueva etapa, funcionando como un himno de renacer.
El resultado: siete canciones, dos rupturas y un solo hilo conductor: la transformación.
Focus Track – “LUNA SOLAR”
Nacida tras regresar de Berlín y descubrir una vida distinta a la que había dejado, esta canción avanza en intensidad como un acto de rebelión ante el dolor. Compuesta a 145 BPM y cargada de energía rave, simboliza resurrección, resiliencia y un nuevo comienzo.
“Fue perfecto. Sincrónico. Emocional. Crudo. Difícil. Amo esta canción. Es un portal.” — Nataliyah Bravo
LUNA SOLAR no es solo un álbum: es un testimonio de cómo la música puede transformar las pérdidas en luz, y la oscuridad en un nuevo amanecer.