La artista boliviano-argentina de origen nikkei, fusiona el pop soul con elementos de electrónica, R&B y jazz. Su voz emocional y poderosa se convierte en el vehículo perfecto para transmitir historias de fuerza, deseo y transformación.
Criada desde los cinco años en Buenos Aires (Argentina), es hija de profesionales de la salud que emigraron en los 90 buscando una vida mejor. Desde la superación, transforma sus raíces culturales en una estética única, que mezcla la delicadeza nipona con la intensidad latinoamericana.
Cantante, compositora y multinstrumentista, crea canciones que conectan con quienes anhelan profundidad emocional, una voz melódica y letras que abordan el dolor desde una perspectiva única.
Durante el 2024 lanza su primer single “Couldn’t Save Us”; y este año lo inaugura con la publicación de “Crave” a través de las plataformas. Actualmente está desarrollando un show conceptual que integra música, performance y narrativa visual, invitando al público a una experiencia sensorial profunda. A su vez, el flamante estreno de “El Silencio de los Soñadores” consolida su identidad, con amplias texturas vocales, armonías y sonidos orientales.
¿Cómo te encuentra este último lanzamiento?
Súper contenta de conectar con tantas personas en Latinoamérica, empezar a construir una comunidad, un sentido y un sentimiento compartido con los que me escuchan.
¿Qué disfrutaste más durante el proceso de grabación?
Definitivamente hacer los arreglos vocales y escuchar cómo las capas instrumentales iban tomando forma. La grabación fue dura, 6 horas para las voces y un par de horas adicionales para corregir, dado que yo no quería usar auto-tune. Las notas son sostenidas y largas, por lo que se necesitaba mucho pulmón.
¿Qué elementos debe involucrar sí o sí una canción tuya para considerarse terminada?
Primero la estructura tiene que reflejar la emoción que quiero compartir, debo poder sentir que la producción respeta la emoción. Tener elementos de variación rítmica, melódica y de texturas.
Segundo, tiene que ser cohesiva, es decir, debe haber una mezcla donde la voz siempre esté al frente y genere un espacio de intimidad.
Por último, tengo que sentir que puedo compartirla con el mundo así como está, y escucharla un millón de veces sin parar.
¿Tienes algún momento del día o lugar donde percibas mayor inspiración para componer?
Me pasa mucho en diferentes momentos y después de haber charlado o compartido espacios con personas que vuelvo a aislarme para crear. Siempre es estando en silencio y paz, en mi pequeño Home Studio. Vienen melodías, las grabo en el celular y luego las reproduzco en el piano. Muy rara vez sucedió caminando en la calle o durante un viaje largo en auto.
¿Algún referente musical mexicano con el que se identifiques y/o que te gustaría compartir escenario?
Thalía me inspiro con su música de muy chica, solía escuchar el cassette de “Amor a la Mexicana” y “Piel Morena” y cantarla hasta quedarme sin aire. También escucho muchísimo a Carla Morrison, amaría abrir alguno de sus shows y Jesse and Joy, Julieta Venegas y Natalia Lafourcade. Hay muchos más, pero no me alcanzaría este párrafo.
¿Qué te depara este año? ¿Pensaste en alguna gira latinoamericana de presentación?
Me encantaría lograr al menos 5K oyentes mensuales en Spotify. Para eso este año continuaremos afianzando a Wan Geisha, componiendo, produciendo y formando su comunidad multicultural en redes, generando una verdadera base de seguidores en Latinoamérica y lanzando el primer EP a principios de 2026. Es mi sueño dedicarme full time a la música y hacer una gira.
Espacios así me ayudan muchísimo a que la gente descubra a Wan Geisha desde sus orígenes e historia.
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