Sturle Dagsland no es solo un músico, es una experiencia multisensorial. Junto a su hermano Sjur, este dúo noruego ha creado un proyecto que trasciende lo convencional: un universo sonoro y visual que vibra con la energía de lo ancestral, lo futurista y lo profundamente humano. Su más reciente sencillo, “Galdring”, es una explosión chamánica de sonidos primitivos y emociones intensas que conecta con lo más salvaje del ser, ideal para una generación que busca autenticidad y profundidad más allá del algoritmo.
Lo que hace único a Sturle Dagsland no es solo su estilo vocal visceral o su capacidad para transportarte a mundos sonoros de otro planeta, sino la manera en la que fusionan instrumentos de distintas partes del mundo: desde cuernos de cabra y el Nyckelharpa nórdico, hasta el guzheng chino y la kora africana. Esta mezcla cultural no es casualidad; han recolectado cada instrumento en sus viajes, grabando en escenarios tan extremos como cabañas en montañas nevadas o barcos soviéticos abandonados. Todo eso se siente en la textura cruda y hermosa de sus canciones.
La estética visual del proyecto también es parte clave de su magia. Desde el diseño escénico hasta sus videoclips, cada elemento es construido por ellos mismos, reflejando su obsesión por lo artesanal, lo místico y lo surreal. No se trata de seguir tendencias, sino de crear una mitología propia que dialoga con los rituales del pasado y los sueños del futuro. Para una audiencia que valora lo indie, lo auténtico y lo emocional, Sturle Dagsland ofrece un universo completo donde perderse (y encontrarse).
“Galdring” es apenas un adelanto de lo que vendrá con su segundo álbum, que se lanza el 10 de octubre de 2025. Tras haber ganado el prestigioso Premio Edvard en Noruega, este nuevo disco reafirma la conexión espiritual y creativa entre los hermanos. Es un llamado a la introspección, a la intensidad emocional y al poder del arte como rito. Si eres de los que exploran playlists buscando sonidos que no suenan a nada más, este es tu portal a un mundo donde la música se siente como un hechizo.