Sturle Dagsland lanza “Dreams and Conjurations”: su impactante nuevo álbum

Discos que más que escucharse: se sienten…

Dreams and Conjurations no es solo un álbum; es un portal. El dúo noruego Sturle Dagsland en su segundo material de estudio invoca lo que pocos músicos recuerdan (o saben) que pueden hacer: usar el sonido como herramienta de transmutación. Lo suyo no busca entretener, viralizar, busca hechizar. Cada track parece un ritual que vibra entre lo divino y lo grotesco, entre el aliento humano y la respiración del bosque.

Desde los primeros segundos de “Drifter”, uno siente que el aire se vuelve denso. La voz —esa mezcla imposible entre un canto ancestral y un glitch emocional— atraviesa tus oídos con capas de percusiones, cuerdas y sintetizadores que suenan a tierra mojada y a metal oxidado. Es como si Björk, Dead Can Dance y un coro nórdico se fundieran en un solo cuerpo que respira al ritmo del cosmos.
Sturle no canta canciones: invoca entidades. en “Conjuring Dreams”, el mood se vuelve más introspectivo, como si el sueño y la vigilia se fundieran en una misma frecuencia. Los arreglos son tan precisos que parecen desordenados a propósito, un caos controlado donde cada nota tiene una intención alquímica. La producción —tan orgánica como alienígena— hace que el sonido te envuelva en todas direcciones, casi táctil, casi líquido.

Entonces llega “Galdring”, el mantra hipnótico que ya había anticipado la dirección espiritual del disco. Aquí la música rompe el sonido para volverse pura vibración. No importa si no entiendes las palabras: de pura vibración lo entiendes todo. Es el tipo de canción que activa memorias/recuerdos que no sabes si son tuyas o de otra vida.

Dreams and Conjurations es un trabajo profundamente chamánico, pero no en el sentido cliché del new age: es más brutal, más físico, más cercano al barro y al fuego que al coach espiritual. Hay una sensación de peligro, de trance, de comunión con fuerzas que no se pueden controlar. Es ese tipo de obra que no puedes solo poner de fondo: o te dejas poseer, o te expulsa.

Sturle Dagsland reafirma que el futuro de la música no está en el algoritmo, sino en la recuperación del misterio. Su sonido no pertenece a ninguna escena ni a ningún tiempo. Es un eco de algo antiguo que se manifiesta con tecnología del presente. Escuchar Dreams and Conjurations es un acto de fe, de resistencia. No de manera religiosa, sino en el poder de la música como rito primitivo.

No lo escuches para entenderlo, escúchalo para perderte y tal vez encontrar algunas respuestas.

Total
0
Shares
Contenido relacionado: