Después de toda una vida de trabajo arduo, Robert Finley se ha consolidado como uno de los grandes representantes del blues. A sus 71 años, ha recorrido el mundo entero cautivando al público con su estilo único que mezcla blues, soul y R&B. Se siente igual de cómodo en París, Ámsterdam o Londres como en su natal norte de Luisiana, y hasta tiene su propio coñac gracias a la gente de Cognac, Francia. Pero con su nuevo álbum, Hallelujah! Don’t Let The Devil Fool Ya, el hijo predilecto de Bernice, Luisiana, finalmente está cumpliendo un sueño que ha tenido desde que fue bautizado a los siete años y empezó a cantar en el coro de la iglesia: dejar su testimonio grabado en un disco.
“Grabar un disco de góspel fue lo primero que quise hacer en mi vida”, dice Finley. “En todos mis discos he incluido al menos una canción góspel, incluso interpreté una en America’s Got Talent. Uno de los jueces dijo que quizá no era el tipo de público adecuado, pero varias personas estaban llorando”.
Sin embargo, si alguien llamara a este nuevo disco “el evangelio según Robert Finley”, estaría muy cerca de la verdad. El cuarto álbum de Finley con Easy Eye Sound es la mezcla perfecta de blues, soul, R&B y, claro, góspel. Una vez más, lo creó junto a su amigo y colaborador Dan Auerbach, quien ha producido y tocado en las grabaciones de Robert desde 2017. “Robert y yo siempre hablábamos de los grupos góspel en los que estuvo”, dice Auerbach. “Y siempre me ha encantado la música góspel. Mi papá, Chuck, siempre ponía a Sam Cooke y The Soul Stirrers. Conozco esas canciones como otros conocen las de los Beatles”.
Como en la mayoría de las sesiones de grabación de Finley, Hallelujah! Don’t Let The Devil Fool Ya tomó forma con una rapidez sorprendente. Auerbach reunió al grupo base —Malcolm Catto en la batería, él mismo y Barrie Cadogan en guitarra, Tommy Rennick en bajo y Ray Jacinto en teclados— en sus estudios Easy Eye Sound en Nashville y dirigió la sesión.
Lejos de ser un obstáculo, el empezar desde cero fue la chispa que encendió la creatividad. “En sus tiempos, cuando Robert tocaba por propinas, le hacía preguntas a la gente y les improvisaba canciones en el momento”, recuerda Auerbach. “Esa era su manera, y elegir ese enfoque —improvisar todo, la música, el canto y las letras— desató una sesión de creatividad divina, porque dejar que el espíritu lo guíe es parte esencial del proceso creativo de Finley”.
“Dan me dijo: ‘Bueno, Robert, canta algo’”, cuenta Finley. “Y las Escrituras dicen: el buen Señor te hablará si abres la boca.” Y vaya que cantó. La banda grabó Hallelujah! Don’t Let The Devil Fool Ya no en un mes, ni en una semana, sino en un solo día intensamente productivo.
Cuando la sesión terminó, Dan sintió que “faltaba algo”. “Estaba escuchando discos góspel y encontró la respuesta entre el predicador y la congregación, pensé: ‘Eso es lo que falta’”. Inspirado por ese espíritu, llamó a la hija de Robert, Christy Johnson, para que viajara a Nashville y participara. Christy ha sido su compañera de gira y corista desde 2019, y su conexión con la música de su padre —y su fe compartida— resultó ser la pieza que faltaba. Aunque bromea diciendo: “No terminé tan rápido como mi papá, me tomó dos días”, sus voces en Hallelujah! Don’t Let The Devil Fool Ya son una maravilla etérea: responden las palabras de su padre con una claridad conmovedora y espiritual, evocando tanto la crudeza terrenal de las grabaciones de Mississippi Fred McDowell y su esposa Annie Mae, como la espiritualidad cósmica de Sun Ra.
“No es un disco gospel tradicional”, dice Christy sin rodeos. Y eso es quedarse corto.
Desde que comenzó su carrera discográfica a los 62 años, Robert Finley ha lanzado cuatro álbumes aclamados por la crítica: Black Bayou (2023), que lo consolidó como artista principal en giras por Europa; Sharecropper’s Son (2021), de carácter autobiográfico; Goin’ Platinum (2017); y Age Don’t Mean A Thing (2016). También participó en la temporada 14 de America’s Got Talent, llegando hasta las semifinales. Además de sus giras como artista principal, Finley ha compartido cartel con The Black Keys y la Easy Eye Sound Revue, y ha actuado en innumerables festivales de música alrededor del mundo.