Lento Rodríguez, alias del músico peruano Gustavo Rizo-Patrón, siempre ha jugado con la paradoja de sonar íntimo y a la vez expansivo. Ese doble filo se afila aún más en Simón Salguero, su nuevo EP producido junto al reconocido músico y productor argentino Tweety González. La propuesta se mueve en un punto exacto donde lo personal se abre paso con ambición de escala, sin perder la sensación de estar escuchando algo pensado desde un espacio pequeño, casi doméstico.
El título, tomado de una calle de su infancia en Miraflores, pone el marco de lo íntimo. Sin embargo, lo que ocurre dentro de las canciones no se queda en un gesto nostálgico. González aporta una claridad que abre el espectro, como si la memoria privada pudiera proyectarse sobre una pantalla más amplia. Las atmósferas del disco expanden el recuerdo hasta volverlo compartido. De pronto lo que fue un barrio limeño se convierte en una geografía emocional a la que cualquiera puede acceder.
La producción se sostiene en un delicado equilibrio entre precisión técnica y sensibilidad artística. En esa tensión conviven teclados transparentes, guitarras que atraviesan sin imponerse y voces que respiran con soltura. Lo íntimo se construye en la manera en que los elementos se mantienen cercanos, lo expansivo en la amplitud que ofrece el espacio sonoro que González abre con experiencia de décadas. Ese choque genera un magnetismo difícil de encasillar, entre lo confesional y lo universal.
Simón Salguero confirma que Lento Rodríguez entiende la contradicción como motor creativo. Desde un recuerdo de infancia hasta la colaboración con uno de los productores más influyentes de Latinoamérica, todo se mueve entre escalas dispares. Y en esa oscilación el disco encuentra su fuerza, recordándonos que lo íntimo no tiene por qué ser pequeño y que lo expansivo puede empezar en un gesto personal.
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