El Ángel Exterminador y la reinvención del arte en la era de la inteligencia artificial

El arte siempre ha sido un reflejo de su tiempo, pero pocas veces en la historia hemos visto una propuesta que integre de manera tan audaz la tecnología, la música y la narrativa como lo hace El Problema con Ernesto, el nuevo proyecto de El Ángel Exterminador originario de Nicaragua. Más que un simple álbum o videoclip, esta obra representa un punto de inflexión en la escena local: es la primera producción audiovisual nicaragüense creada con inteligencia artificial, y su planteamiento conceptual desafía no solo los géneros musicales, sino también nuestra relación con lo digital.

La historia detrás del proyecto —una civilización devorada por “el abismo”, una entidad que se alimenta de emociones y conocimiento— parece una metáfora de nuestra propia era. Vivimos en un mundo donde la IA ya genera poemas, pinta cuadros y compone canciones, y la pregunta que subyace en este trabajo es inevitable: ¿estamos ante una herramienta creativa más o frente a un eventual reemplazo de lo humano? La banda no da respuestas fáciles, pero al adoptar esta tecnología para su videoclip, asume un riesgo que pocos artistas locales se han atrevido a tomar.

Musicalmente, El Ángel Exterminador sigue rompiendo moldes. Su autodefinición como “tragedia en medio de una pista de baile” resume bien su esencia: mezclan synthpop, darkwave y rock con letras que oscilan entre lo existencial y lo apocalíptico. Belyal, Zurial, Morning Estrella y Américo no solo tocan instrumentos; construyen atmósferas. En un país donde el arte a menudo se reduce a lo inmediato o lo comercial, su insistencia en lo conceptual es un acto de resistencia.

Pero más allá de lo artístico, este lanzamiento plantea otra discusión: El uso de IA en el arte aún genera escepticismo, y muchos podrían ver esto como una “trampa” en lugar de una evolución. Sin embargo, el verdadero valor de El Problema con Ernesto está en su voluntad de experimentar. Que una banda local explore estos terrenos —con recursos limitados y en un medio que rara vez premia lo experimental— merece reconocimiento.

El estreno en la Cinemateca Nacional este 23 de mayo no es solo una presentación; es un desafío. Un llamado a que el público, los medios y la industria cultural vean más allá de lo convencional. Porque si algo queda claro con este proyecto, es que El Ángel Exterminador no está aquí para repetir fórmulas, sino para abrir caminos. Y en un panorama artístico que a menudo premia la repetición, eso es más revolucionario que cualquier algoritmo.

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