Álvaro Florez aparece como una de las voces emergentes más recientes de la música peruana. Su decisión de lanzarse en solitario le ha permitido crear un espacio propio donde compone y produce sin limitaciones externas. Durante 2024 presentó dos EPs que marcan etapas distintas en su búsqueda. Primero llegó Alone, con tres piezas de orientación pop rock, y más adelante Rather is my head, un trabajo de corte acústico y más personal que incluye el sencillo Como todos los demás, canción que funciona como carta de presentación de una sensibilidad en formación.
El tema se construye sobre guitarras sencillas y un canto que no se esconde detrás de artificios. Hay una voluntad de transparencia que hace que el oyente se acerque con facilidad, como si estuviera escuchando un pensamiento en voz alta. El coro se instala de manera inmediata, pero no por recursos de fácil recordación, sino por la honestidad con la que está planteado. Esa franqueza convierte a Como todos los demás en un retrato íntimo que busca conectar con experiencias compartidas por quienes lo escuchan.
Lo interesante del recorrido de Florez es cómo en poco tiempo ha transitado de un EP con tintes eléctricos hacia uno más acústico, revelando un interés por explorar diferentes territorios sin aferrarse a una sola ruta. El contraste entre Alone y Rather is my head expone esa versatilidad incipiente, como si estuviera probando las texturas que mejor acompañan a su voz y sus relatos personales. Este tipo de oscilación puede ser la base de una propuesta que seguirá mutando en próximos lanzamientos.
Como todos los demás transmite la sensación de un inicio todavía fresco, una etapa donde se ensaya, se expone y se aprende con cada grabación. Más allá de lo que el futuro depare, en este momento lo valioso es la manera en que Álvaro Florez decide compartir su proceso sin maquillar sus dudas ni sus hallazgos. Esa franqueza es la que convierte a su música en un terreno donde cualquiera puede reconocerse por un instante.
