En “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos”, Joel y Clementine intentan borrar su historia de amor para escapar del dolor. Tony Medina vio en esa película algo más que una trama: vio un espejo.
“Me marcó mucho esta situación de querer olvidar lo que vives con una persona por el dolor de dejarla,” confiesa el artista poblano. “Si tú olvidas lo que viviste con esa persona, sería borrar por completo tanto lo bueno como lo malo.”
Esa reflexión se convirtió en el punto de partida de su nueva canción, “Una mente sin recuerdos”, primer adelanto del álbum Las decisiones tristes también son correctas. Un proyecto donde la melancolía, la vulnerabilidad y la nocturnidad no solo se sienten, sino que se escuchan.
El inicio de un nuevo universo emocional
Tony describe esta etapa como una catarsis:
“Este disco que hice y esta canción fue el parteaguas para que yo empezara a sanar,” cuenta. “Cuando ya canto esta canción, siento que ya sané.”
La honestidad con la que habla no es casual: su nuevo material es un ejercicio de introspección donde el dolor se convierte en materia prima para el crecimiento.
El artista define su sonido actual con tres palabras: nostálgico, nocturno y vulnerable. Y tiene sentido. Las guitarras melancólicas, los sintetizadores envolventes y su voz frágil pero firme pintan escenas que podrían pertenecer a un soundtrack urbano sobre la memoria y el amor en la Ciudad de México.
“Estas emociones evocan a la noche,” explica. “Normalmente esta historia la viví mucho de noche con esta persona, conociendo la ciudad, etcétera.”
Un universo sonoro creado desde la emoción
Detrás de esta nueva etapa hay un colectivo de artistas emergentes con los que Tony está construyendo su propio lenguaje musical: Shinko, Almas y Kaysito.
“Les platiqué la historia, el concepto del disco… quería que al cerrar los ojos pensáramos en esos escenarios donde compartes con una persona especial,” cuenta. “Siempre tratamos de recrear paisajes sonoros a través de las sensaciones que te puede producir un sintetizador, una guitarra o hasta la misma voz.”
Esa visión se traduce en una producción que se siente tan íntima como cinematográfica —una constante en su universo visual, inspirado en Call Me By Your Name, Whiplash y Requiem for a Dream.
Rebelde con alma de mago
Cuando Tony dice que es un “rebelde con alma de mago”, no lo hace por estética. Es una declaración de principios:
“Soy rebelde, no por las acciones que tomo, sino por siempre tratar de dejar algo diferente en las personas,” afirma. “Al hacer pop cuando el urbano está tan pegado, siempre es una apuesta arriesgosa.”
Mientras muchos artistas buscan adaptarse a la tendencia, Tony apuesta por lo emocional, lo conceptual y lo honesto. Desde tocar solos de guitarra en sus shows hasta cuidar su cuerpo y mantenerse alejado de excesos, su rebeldía es una forma de mantenerse auténtico.
“Creo que Dios me dio un talento para tocar y cantar, y lo he podido plasmar en mi arte. Por eso me defino como rebelde con alma de mago.”
Sanar cantando
En el disco hay un momento clave: “Sublime”, una canción donde el artista reconoce que ha dejado de cantar desde el rencor.
“Entendí que ya estaba sanando porque no hablé desde el enojo ni la tristeza, hablé desde querer ser alguien mejor para las personas que me rodean,” recuerda.
Su mensaje final es tan claro como esperanzador:
“Que disfruten ese momento de tristeza, que se permitan sentir, llorar para poder sanar… porque el amor siempre te lleva a lugares muy bonitos aunque a veces duela.”
Escucha “Una mente sin recuerdos”
El sencillo ya está disponible en todas las plataformas digitales. Con este lanzamiento, Tony Medina abre su nuevo universo: un espacio donde el pop mexicano se encuentra con la introspección, la honestidad y la estética cinematográfica.