El proyecto argentino presenta su primer EP Nikotinschock, de cuatro canciones que plasman las distintas facetas de los fantasmas internos que aparecen en la vida diaria.
MONARCÄ es un grupo de hard rock argentino, cuya estética sonora se asemeja al grunge noventoso y por momentos viaja a los 70 para influenciarse de artistas como Aquelarre y Led Zeppellin.
Con canciones inéditas, Agustín Oses y Francisco Kolodny le dan voz y guitarra al proyecto que nace de las ganas de salir a tocar. Sin embargo, hacer algo tan básico y vital como eso en plena pandemia, requería de romper un poco las reglas.
A fines del 2020 aceptan una fecha, para la que convocan a Ignacio Gatti (bajista) y a Matías Breque (baterista). De esta manera, completan la formación oficial.
El 2021 los encuentra motivados para materializar su primer EP junto a Tomás Pojaghi (en producción y mezcla) y Daniel Osorio (en masterización).
¿Cuáles son las raíces de Monarcä?
Monarcä es una banda creada en plena pandemia. La idea del proyecto fue creciendo sin tener un objetivo puntual más que salir a hacer música y dejar registro de ello.
Poco a poco fue convirtiéndose en algo más grande y ambicioso, incluso en el mismo proceso. Mientras se iban dando las cosas, nos dábamos cuenta que lo que queríamos era totalmente posible. Sin necesidad de escatimar en calidad, el proyecto estaba marchando verdaderamente bien y nos afianzamos musical y humanamente.
En medio de la pandemia era difícil ensayar y tocar, pero al mismo tiempo la ciudad era nuestra y pudimos hacer muchas cosas.
Una vez arrancado el proceso del EP fue Tomas Pojaghi, el productor del disco, quién nos encarriló hacía hacer lo mejor que podíamos con los recursos que teníamos. El resultado gustó muchísimo y nos dejó muy conformes.
¿Por qué afirman que se terminó de consolidar dentro del estudio?
La banda se terminó de formar para realizar un concierto y, seguidamente, grabar el EP. La conexión fue rápida desde el primer momento y la decisión de grabar nos forzó a buscar el sonido de la banda para patentarlo. De la mano de Tomás Pojaghi fue que lo pudimos moldear.
Los ensayos fueron clave, no solo para la ejecución instrumental sino para la identidad del material. Mucho de la base de “Nikotinschock” es prácticamente el sonido que quedó y tuvo poco retoque.
¿Cómo nacieron las canciones que incluye el EP y cuántas quedaron afuera?
Las elegidas fueron un puñado de canciones sueltas, compuestas a lo largo de varios años por Agustín Oses, que tomaron identidad una vez consolidado el grupo.
La musa inspiradora fue el cúmulo de experiencias vividas y su repercusión en el interior, tanto sensoriales como así también sentimientos guardados: “Mental breakdowns”, depresión, exaltaciones, ansiedad, alegría, felicidad y rebelión. Todos los temas comparten estás características y fueron presentados a Tomas Pojaghi, con quien decidimos cuáles quedaban dentro. Seleccionamos los más representativos y resultaron ser seis.
¿Cuáles fueron los desafíos a sortear durante el proceso de grabación?
El proceso de grabación se sintió muy natural y fructífero, cada vez que nos juntábamos a ensayar todo salía muy bien y podíamos sumar una buena cantidad de arreglos.
Durante la primera tanda grabamos en vivo batería, bajo y guitarra rítmica. Además del solo en “Mecánico”, como improvisación de Agustín Oses, y en la segunda las guitarras. Ambas fueron muy orgánicas y nos sentimos seguros, incluso de proponer ideas en el estudio.
Muchas sesiones pueden terminar siendo tediosas o exhaustivas para buscar la mejor toma, pero con Monarcä se sintieron muy orgánicas.
Poco tiempo después grabamos el cuarteto de cuerdas para “Cruz del Sur”, bajo la tutela de Fabricio Robles, en la que los músicos hicieron un gran trabajo.
Una semana antes de concretar la sesión de voces, a Oses se le generó nudos en la garganta (al punto de no poder hablar) y tuvimos que atrasar cuatro meses el material.
¿Qué los destaca de otros artistas del mismo género?
Los diferentes recursos musicales utilizados, como también el resultado de la fusión de diversos subgéneros. Hay un amalgama muy fuerte y presente entre el grunge, hard rock y nu metal que son muy notorios, pero a la vez difíciles de identificar a simple vista.
¿Tienen algún referente musical mexicano con el que se identifiquen y/o que les gustaría compartir escenario?
A finales de 2021 teníamos muchísimas ganas de ir a México a tocar y salir de gira. De hecho, contábamos con una persona experimentada en ello y le encantaba la idea, pero lamentablemente no se pudo dar.
México es un país al que los músicos de Latinoamérica le tienen un cariño enorme y a muchos artistas argentinos se los ha tratado increíblemente bien. Eso nos reconforta mucho y hace dar muchas más ganas de ir en algún momento. Tengo algunos colegas que me confirman aún más lo bello que es la escena mexicana y el amor que le tienen a la música.
México tiene un lienzo muy colorido y amplio musicalmente, pero sin lugar a dudas Molotov y Caifanes son dos bandas que nos han acompañado desde hace mucho. Ambas son muy queridas en Buenos Aires.
Otra que nos ha llamado la atención y gustado muchísimo, es The Warning.
¿Qué se viene para el 2023?
Nuestros planes son básicamente tocar lo más que podamos, en la mayor cantidad de lugares que podamos presentando el EP. Hay una nueva generación de agrupaciones jóvenes en el under que enaltecen el movimiento. Bandas musicalmente muy maduras, interesantes, creativas y con gran carácter como: Mujer Cebra, Buenos Vampiros, Winona Riders, Dum Chica y muchas más que estarán sonando en las radios.
Este año también trabajaremos en el primer videoclip y live session para seguir difundiendo nuestro proyecto, al igual que lo hacemos ahora y por lo que nos sentimos agradecidos.